Eternidad de la noche 0

Mi vida no solía ser normal.

Era la capitana del equipo de fútbol de mi instituto. Reconozco que era algo extraña. No me parecía a las demás chicas. No me gustaba hacer las cosas que hacían las demás chicas. Odiaba pintarme, salir, vestirme con falditas con las que se te veía medio muslo o llevar tops cuyo escote llegaba casi al ombligo.

Para acentuar esta diferencia, yo no veía a los chicos como los veían las de mi mismo sexo. Para mí, ellos eran mis amigos. Siempre que hacía deporte o iba al cine era acompañada de chicos. Cada vez que una chica me veía con un de ellos gritaba algún insulto que intentaba ofenderme a los cuales yo no les hacía el menor caso.

Me envidiaban. Me odiaban. Éste último era un sentimiento mutuo. Eran demasiado superficiales y por eso no quería perteneces a su grupo. No quería ser una chica al cien por cien.


Sí, era rara. Y todos lo sabían. Aunque siempre hay una excepción, ¿no?

Alice era mi mejor y única amiga. Era como las demás chicas aunque, aún así, de algún modo u otro era diferente.

Compañeras en el equipo de fútbol y amigas desde que su familia decidió mudarse a la casa de enfrente.

Alice jamás había intentado convencerme para salir por las noches, ir a una fiesta de pijama y cosas así, aunque no le faltaban ganas. Pero sabía que yo era demasiado testaruda.

Alice jamás me había mirado como a un bicho raro. Por eso era especial. Me quería tal y como era.


Como veis, mi vida era bastante peculiar, pero pronto daría un giro inesperado.

Y me convertiría en algo mucho más raro. 

Un sábado por la mañana fui marcada. ¿Qué quiero decir con esto? Significa que en unos meses, en unos años o quien sabe si en unas horas, me convertiré en una vampira adulta.


Siempre y cuando no muera en el intento.


Soy Nathalie Night, aunque al entrar en la Casa de la Noche pasé a llamarme Nadia Night.


_{Para los amigos, soy simplemente N.}